Enfermedades hepáticas: los trastornos sin tratamiento implican consecuencias negativas

Published 7:00 pm Thursday, June 21, 2012

(ARA) – La enfermedad hepática crónica, que provoca a menudo a la cirrosis (cicatrización del hígado), agota la vitalidad del organismo. Pero lo peor es que puede afectar negativamente la capacidad mental.

En aproximadamente el cincuenta por ciento de los casos de enfermedad hepática y cirrosis, la condición evoluciona y se convierte en encefalopatía hepática abierta (EH), un trastorno que causa confusión, amnesia y dificultades de concentración. Estos síntomas de incapacidad se agravan cuando los médicos no detectan a tiempo la EH, o dan tratamiento a episodios individuales en vez de controlar la EH de forma constante para evitar recurrencias. Numerosos episodios de EH llegan a provocar la hospitalización del paciente.

La EH aparece cuando el hígado dañado no puede filtrar las toxinas en el organismo. Esas toxinas invaden el cerebro, y causan potencialmente incapacidad mental a largo plazo. En un estudio reciente, sólo el 26 por ciento de los pacientes demostraron una disposición continua de aprender nueva información después de habérseles diagnosticado EH.

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Pero el problema va en aumento. La enfermedad hepática afecta a cerca de 6 millones de personas en los Estados Unidos, muchas de las cuales padecen de cirrosis, y, como resultado, de EH. Además, cada año se reportan más casos de enfermedad hepática. Y los pacientes que desconocen su padecimiento de hepatitis que cicatriza el hígado incrementan esa cifra, así como las personas con hígado graso no alcohólico.

Controlar la EH como un trastorno a largo plazo

Recientes descubrimientos científicos han logrado la disponibilidad de tratamientos efectivos contra la EH para los pacientes con enfermedad hepática, minimizando así el efecto de la condición en sus vidas.

“La clave para el tratamiento de la EH es controlarla activamente como una enfermedad a largo plazo”, afirma el Dr. Arun Sanyal, presidente de la División de Gastroenterología del Centro Médico de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia. “Sobre todo, lo principal es la vigilancia contra la recurrencia”.

Los síntomas de la EH no mejoran sin tratamiento, y se debe controlar continuamente con medicamentos. Entre las señales que se deben detectar en los pacientes de EH están:

* Pérdida de control físico y mental

* Cambios de personalidad o estado de ánimo

* Lapsos de concentración y discernimiento

* Cambios en patrones de sueño y calidad de la escritura a mano

Las personas que padecen de enfermedad hepática, así como sus familiares y amigos, deben estar alertas para detectar cualquier deterioro mental y actuar con rapidez. Si esos pacientes o sus cuidadores reconocen señales precoces de EH, deben consultar con un médico inmediatamente.

Pocos pacientes de EH reciben tratamiento extra hospitalario

Lamentablemente, aunque los expertos recomiendan el tratamiento continuo de la EH con medicinas por receta, muchos pacientes a quienes se les ha diagnosticado la enfermedad no reciben tratamiento. Nuevos datos revelan que, fuera del hospital, el 64 por ciento de los pacientes con diagnóstico de EH no están tomando medicinas por receta para controlar sus trastornos. Esta cifra incluye pacientes que fueron hospitalizados previamente para el tratamiento de la EH, pero que no están tomando ninguna medicina por receta para el control de la enfermedad.

En primera instancia, los médicos recetaban la lactulosa cuando diagnosticaban la EH porque era el único medicamento disponible. Sin embargo, ese tratamiento tradicional ha implicado problemas. Muchos pacientes que consumen lactulosa padecen de desagradables efectos colaterales como diarreas, distensión abdominal y náuseas, lo cual impide seguir tomando el medicamento a largo plazo, e incrementa las posibilidades de recurrencia de la EH. Estos síntomas también contribuyen a la deshidratación y pudieran empeorar ocasionalmente la enfermedad, en vez de mejorar al paciente.

El hecho de que el paciente regrese a su hogar después de una hospitalización no quiere decir que ha concluido la batalla contra la EH. Tres de cada cuatro pacientes bajo tratamiento de lactulosa experimentan episodios recurrentes de la enfermedad después de su primer episodio, y muchos requieren hospitalización adicional. Además de los daños físicos y mentales de esos episodios recurrentes de EH, la carga financiera también es abrumadora. La estancia promedio en el hospital a consecuencia de la EH equivale aproximadamente a $37,000. Y si a esto se suma el hecho de que muchos pacientes no pueden volver a trabajar, la EH puede ser devastadora en el aspecto financiero, tanto para el paciente como para su familia.

Su médico puede ayudarle a encontrar las mejores opciones de tratamiento de la EH, incluyendo medicamentos que funcionan a largo plazo en el control de la enfermedad. “Si usted padece de enfermedad hepática y nota algún deterioro mental, o cambio en sus patrones de sueño, consulte con su médico porque podrían ser señales de EH”, concluye el Dr. Sanyal. “El objetivo es enfocarse en el control a largo plazo, no en un arreglo a corto plazo”.

Para más información acerca de la enfermedad hepática y la encefalopatía hepática, visite el sitio Web www.liverfoundation.org, o llame al número telefónico 1-800-GO-LIVER.